Viñetas sobre el medio ambiente

En esta viñeta de El Roto podemos ver a un político el cual no cree en el cambio climático a pesar de que las consecuencias que éste ocasiona se puedan apreciar y cada día de una forma un poco más evidente.

Las conductas que el ser humano tiene con respecto al medio ambiente no son lo suficientemente respetuosas y esto está teniendo consecuencias negativas en nuestro planeta. Nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global y esto nos afecta a todas las personas por igual ya que solo tenemos un planeta en el que vivir y si lo destrozamos será el fin.

Algunas de las consecuencias del cambio climático podrían ser la escasez de agua potable, inundaciones con el consecuente aumento de las tasas de mortalidad, sequía, olas de calor y la extinción de muchas plantas y animales debido a que su hábitat se transformaría de un modo tan apresurado que no serían capaces de adaptarse a las nuevas condiciones de vida.

Y ante todo esto, ¿qué hacen los políticos? Muchos de ellos le dan la espalda a lo que está sucediendo negando su importancia cuando lo que deberíamos estar viendo es como se unen para luchar contra un problema común.

Yaiza Cela Ferro

Esta viñeta pertenece al autor Mario Molina, quien, con un tono irónico, refleja el cambio climático y como éste afecta a la humanidad y a la naturaleza en su conjunto.

Ésto nos lo hace ver a través de una persona adulta, quien culpa al clima de su "locura", y de un niño, quien a través de su inocencia  ve la realidad y la causa del cambio climático: la humanidad y su carácter destructivo. Fábricas, contaminación, excesiva producción de plásticos, deforestación, el hecho de no reciclar, el abuso del agua... son algunas de las variables que afectan al hecho de que cada día la Tierra esté más enferma. Como consecuencia, se encuentran el deshielo de los polos, la aparición de nuevas enfermedades que afectan a los seres humanos, la escasez de agua potable, la extinción de especies de animales... Son grandes causas y consecuencias, que por el hecho de que son a escala global, las personas tendemos a no culpabilizarnos. Sin embargo, cada acción y cada conducta de cada persona afecta a la destrucción o recomposición de nuestro planeta. Es por ello que debemos educarnos para conocer cómo ayudar al medio ambiente. Considero que esto se debería enseñar ya desde la escuela, para que exista una concienciación ya desde los más pequeños y estos adopten conductas que favorezcan al medio ambiente. Y es que, muchas veces, son los/as más pequeños/as quienes nos enseñan grandes lecciones.

Inés Vázquez Nieves

Esta viñeta, creada por el autor El Roto, hace una crítica al fenómeno de la deforestación, que consiste en la tala masiva de árboles y plantas que provoca la destrucción del terreno forestal. Esta destrucción está causada principalmente por motivos económicos, como la agricultura.

Diversas asociaciones ecologistas advierten que si esto continúa así, dentro de cien años, las selvas tropicales y bosques pluviales podrían desaparecer completamente.

Además, esto conlleva muchas consecuencias negativas como la pérdida del hábitat de muchas especies. La deforestación también, es un factor que influye en el cambio climático ya que, la pérdida de árboles y plantas altera el ciclo hidrológico, en el cual estas permiten devolver el vapor de agua a la atmósfera y también alteran la regulación de la temperatura de la superficie terrestre. Otra función muy importante de los árboles es la absorción de los gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.

Por todos estos motivos es importante atender a esta problemática, gestionando los recursos vegetales de forma que la tala de árboles sea repoblada de nuevo de árboles más jóvenes que impidan dañar la superficie, por ejemplo. Además hay que respetar las especies que habitan en esas áreas, buscando siempre una alternativa que respete sus vidas y su subsistencia. Cuidar de la naturaleza al fin y al cabo, es cuidarnos a nosotros/as mismos/as.

Laura Amado Dourado

                                                   Fuente: viñeta realizada por Ramón (2012)

En la presente viñeta se puede observar como el autor critica la falta de conciencia ambiental del ser humano sirviéndose del humor para ello.

Por un lado, el autor intenta recoger la mala situación actual en la que se encuentra el medio ambiente debida, sobre todo, al mal uso que están haciendo las personas mediante el impacto petrolero, la contaminación atmosférica, la contaminación de los mares, la deforestación, la utilización de químicos y energía química produciendo contaminación fotoquímica, el mal procesamiento de los desechos, la destrucción de los hábitats y el uso descuidado e inadecuado de los recursos naturales. Para ello, representa un medio ambiente “en apuros”, con la lengua afuera y con múltiples gotas de sudor cayéndole, pudiendo ser perfectamente provocadas por el cambio climático.

Por otro lado, el autor se pregunta por qué a pesar de la mala situación en la que se encuentra el entorno nadie hace nada al respecto, lo que podría evitar que las consecuencias de esas malas acciones se conviertan en irreversibles. Para ello, lo personifica y lo hace preguntarse lo siguiente: “¿y a mí cuándo me rescatan?”. Para responder a dicha pregunta, se sirve de otra figura, que podría ser perfectamente un reflejo y/o representación de la sociedad y de las personas que la conforman. Esta le responde que como no es un banco no interesa cuidarlo, a pesar de la gran riqueza con la que cuenta.

Con dicha respuesta el autor, bajo mi punto de vista, hace una crítica a la falta de conciencia y preocupación ambiental que tienen las personas, puesto que no se valora la riqueza natural, la verdadera riqueza. Cada día se construyen más empresas, bancos y fábricas, aumentando el poder económico, lo que provoca un aumento de la contaminación y la destrucción de espacios naturales y de especies en extinción disminuyendo la riqueza natural.

Es necesario preguntarse hasta qué punto las personas están dispuestas a pagar más para proteger el medio ambiente. A pesar de que en los últimos años, la mayoría de las personas reconocen que existe gran parte de responsabilidad individual en la protección del medio y muestran un mayor interés sobre el mismo, siguen siendo muy pocas las que asumen costes individuales y sociales para protegerlo. Además, las políticas públicas que se destinan para proteger al entorno son insuficientes y/o precarias, siendo el gasto público derivado insuficiente.

La existencia de un día Mundial del Medio Ambiente, representado por el cinco de junio, no quiere decir que se trabaje lo suficiente para cuidarlo y protegerlo. Todo lo contrario, es necesario trabajar los trescientos sesenta y cinco días del año y no meramente un día mediante noticias y protestas. Es decir, no basta con ir un día en bici, reciclar dos días, comprar durante una semana productos mínimamente empaquetados, envasados o con envases que se pueden reutilizar, sino que para lograr un verdadero cambio es necesario que las personas sean constantes en sus acciones benéficas, a la vez que no les importe invertir un poco más de dinero en cuidarlo.

Todo ello, se logrará mediante una educación ambiental y en valores, que enseñe que invertir y cuidar el medio ambiente no tendrá recompensas tan inmediatas como puede ser comprar un coche de última generación o un móvil nuevo, pero tendrá beneficios mucho más satisfactorios, sobre todo para nuestras generaciones futuras.

Para concluir con este comentario, me gustaría recoger una frase del autor Víctor Hugo que, bajo mi criterio, se relaciona muy bien con lo que he comentado en los párrafos anteriores “fue necesario civilizar al ser humano en su relación con el ser humano, ahora es necesario civilizar al ser humano en su relación con la naturaleza y los animales”.

Noemí Castelo Veiga